sábado, 31 de octubre de 2015

Dr. RICARDO LEÓN CELAYA.... “RODRIGUITO, EN EL CENTENARIO DE SU NACIMIENTO”.




CARTA A MI PRESTIGIOSO COLEGA Dr. MANUEL ANTONIO RODRÍGUEZ LUEGO DE LEER SU OBRA LITERARIA  “RODRIGUITO, EN EL CENTENARIO DE SU NACIMIENTO”.

Manuel, me he propuesto como bitácora sentimental, responder con la palabra escrita a mis amigos, cuando consagran un libro, lo cual, es un monumento al ingenio, como decía Nuestro San Jerónimo, Doctor de la Iglesia. Tú, no vas hacer mi excepción, cuando haces colocar en mis manos, como una ofrenda, Pinceladas Biográficas de tu amado padre, “Rodriguito”. Permíteme confesarte de que, con la sublimidad con la cual veo al Cristo de mi habitación, le elevo mis Gracias por enseñarme a amar a mis padres, como ÉL, ama a los suyos. El mundo, cada vez más, inhóspito y complejo, se enternece por el sagrado amor a Nuestros padres, hijos, nietos, familiares, hombres de Bien y la fe, como un bálsamo del hombre interior.

A María Nelly, la felicito porque su a modo de prólogo, es realmente un prólogo confesional. Porque no conoció a “Rodriguito”, pero se extasió con sus acciones. Y, su Biografía, no es pequeña, porque su trabajo capaz de combinar sentimiento, pluma y alma, el Cosmos, le es insuficiente. Sabes, María Nelly? Debemos incorporar al mundo, lo necesario y aleccionador, acerca de escribir de quién no conocemos. Yo, no conocí a mi Amado Jesús, quién, con su generosidad, me regaló visitar con mi amado hijo, Ricardo David, la Santa Tierra, que acarició con sus Sandalias. Pero, por sus acciones, sin vacilar, escribiría sobre Él, desde hoy, hasta mi último aliento. 

Manuel, tu padre, “Rodriguito” fue un elevado tripulante del Arca de Noé, donde a quienes nos embarcamos, Nuestro Dios, nos brindó el atributo de la palabra, no para diferenciarnos de los animales, sino, para ocupar el vértice de la especie. Para ti Manuel, acepta mi abrazo, con mis amados padres, a los tuyos. Ellos, si ven y disfrutan a sus nietos y a su Manuelito, graduado de médico, porque desde el pretil del jardín Celestial, nosotros somos el paisaje. En tu humildad, no te disculpes por no ser un escritor, que invade ese territorio. Al contrario, hazlo, nos hace falta, porque nunca se invade, lo que no tiene cerca. Conuqueros como tú, capaz de utilizar la pluma como arado, para trazar los surcos sobre la divinidad de la madre tierra y cosechar el edulcorado e inmortal fruto de la escritura, los necesitamos. Bienvenido a la gruta de los que sueñan, aman, rezan, dan Gracias, tienen fé y prefieren dar en su bondad, buenos consejos para no dar malos ejemplos. Desde hoy, tu hermano en letras.

Dr. Ricardo León Celaya.
26 de Octubre de 2015.

No hay comentarios:

Publicar un comentario